El Buey Almizclero (II)
Una bestia prehistórica en la tundra
De vuelta a por el Buey Almizclero a la tundra Noruega
Como leísteis en la anterior entrada del blog, el buey almizclero (Ovibos moschatus) nos impactó tanto que no pudimos resistirnos repetir viaje a la tundra de Noruega en el verano siguiente.
De nuevo organizamos un viaje «furgonetero» hacia esas tierras del norte, pero de esta vez llevamos un plan diferente, decidimos llevar tienda de campaña y sacos para dormir en aquella inmensa tundra.
Si hay algo bueno en esos países es que puedes acampar en cualquier lugar y de esta forma podíamos estar a primera hora ya en zona de avistamiento de este animal.
Esta imagen que es un fotograma de una imagen de vídeo de la GOPRO, no tiene calidad pero es para que vieseis un poco cómo es aquella zona, y lo tranquilitos que estábamos, un «todo» para nosotros 😉
Momentos únicos
Bien, decididos ya a subir cargados como mulas con todo el equipo necesario para pasar la noche, nos fuimos dando cuenta que la idea sí fue buena. Rebasadas las zonas donde en el verano pasado ya habíamos visto algún buey almizclero, de esta vez no se veía absolutamente nada a la redonda. Y eso implicaba que la ruta se iba a extender más de la cuenta.
Así que cuando nos vimos muy cansados decidimos descansar y proseguir al día siguiente.
Tempranito recogimos todo el material y seguimos caminando unos cuantos kilómetros más y ya vimos a lo lejos una familia de bueyes y unos chiquitines!!!
Desde muy lejos pude sacar esta foto de uno de ellos bajando con un adulto por una de las laderas…eran como bolitas de pelo adorables que a cada poco parecía que se iban a caer…son estos momentos únicos, que te sacan una gran sonrisa, los que merecen la pena.
La nieve
Yo adoro la nieve, pero viajar en verano implica que esa situación imaginada de un buey sobre blanco sea casi inalcanzable.
Sin embargo quiso el destino que después de una buena pateada consiguiésemos localizar unos en una zona donde quedaban muy poquita nieve aún del invierno.
Evidentemente no era la foto soñada, pero al menos, me dio mucha alegría poder fotografiar esta especie en entornos diferentes.
Algún día intentaremos hacer este viaje en invierno y lograr unas fotos más impactantes donde la nieve sea un todo dentro del ambiente.
Momentos tristes
Lo que es cierto de todos los viajes es que no solo acabas viendo cosas sorprendentes o tiernas, también en ocasiones te encuentras con momentos tristes que te encogen el corazón.
Al principio no sabía exactamente lo que era ese bulto en el suelo, pero finalmente al sacar la foto con el zoom ya pude comprobar la realidad.
Delante de ese gran ejemplar macho adulto, yacía sobre el suelo el cuerpo sin vida de un ejemplar ejemplar más joven.
Comprobar que no todos consiguen a salir adelante es desalentador, pero es la vida misma.
Si todo va bien, repetiremos otro año más seguro.
Este año nuestra intención era viajar por el centro de Europa y finalmente subir de nuevo a Noruega, realmente este país merece la pena visitarlo una y otra vez.
Pero como tod@ s sabéis no estamos para hacer demasiadas escapadas a otros países, pues cada cierto tiempo por motivos del Covid cambiaban sus normas de acceso, y no me daba mucha confianza.
Eso sí, la esperanza nunca se pierde, y esperamos poder volver algún día y disfrutar de ver al buey almizclero nuevamente 😍 .
Espero que este breve relato os haya dejado enamorados de esta bella criatura, al igual que quedamos nosotros, porque poder divisar esa falda hawaiana desde el horizonte….no tiene precio 😉
Muchas gracias por seguir nuestras peripecias, aquí os dejamos los dos vídeos de este segundo viaje en busca del Buey almizclero 😀, esperamos que os gusten!!!